Desde la declaración del estado de alarma a causa del coronavirus hemos visto como el pánico se ha apoderado de las calles de nuestras ciudades y es que el mundo atraviesa por momentos difíciles tras la expansión del nuevo virus COVID 19.
Cuando nos enfrentamos a una situación desconocida y pensamos que ésta puede ser peligrosa, es normal experimentar cierto grado de temor y preocupación. El miedo tiene una utilidad muy importante en nuestra vida, cumple un papel fundamental para la supervivencia y sin él, viviríamos de forma temeraria y pondríamos en peligro nuestras vidas.
Sin embargo cuando el miedo es irracional y se presenta ante situaciones que no son peligrosas, pueden aparecer crisis de pánico y ansiedad, que nos bloquean y nos impiden gestionar de forma adecuada situaciones complicadas como puede ser la expansión del coronavirus.
El miedo al COVID-19 aparece por la incertidumbre que se genera en torno a esta nueva enfermedad y a la expansión de los contagios por todo el mundo. Si gestionamos bien este temor, será un aliado para estar atento y seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias, por el contrario, sí perdemos el control sobre él, podría bloquearnos y causarnos un malestar mayor que la propia enfermedad.
El pánico desproporcionado e intenso suele aparecer en personas que tienen niveles altos de ansiedad, baja tolerancia a situaciones ambiguas y sobre las que no se tiene mucho control. Cuando el miedo al coronavirus es intenso e interfiere en la vida de la persona genera los siguientes síntomas:
- Desarrollo y mantenimiento de ciertos sesgos cognitivos con respecto al contagio, como por ejemplo “me voy a morir” “es el fin del mundo” “nunca saldremos de ésta” “ si me contagio seguro que me muero”
- Atención hacia la información negativa relacionada con el coronavirus: La persona presenta una atención excesiva a los medios de comunicación como la televisión, redes sociales y webs médicas.
- Exagerar la probabilidad de contagiarse de coronavirus a pesar de no presentar sintomatología o de no tener contacto directo con personas contagiadas.
- Aparición de conductas compulsivas por el miedo al contagio:
- Lavarse las manos de forma compulsiva a pesar de no salir de casa
- Tomarse la temperatura 5 o 6 veces al día.
Estamos expuestos a una gran cantidad de información sobre esta pandemia pero a su vez, a un gran desconocimiento sobre el coronavirus, lo que hace más probable la aparición de psicosis en la población general. La población no solo tiene miedo al contagio si no al miedo a quedarse sin comida, a la crisis económica y a la falta de información sobre cuándo terminará todo esto.
Es normal sentir miedo ante lo que no conocemos, pero es fundamental mantener la calma y seguir siempre las recomendaciones de las autoridades sanitarias para la seguridad de todos.